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The fashion industry and decoration have always been linked. Every innovation that has emerged in the world of styling has been transferred to the decoration of spaces.
This is why this new trend known as the Effortless chic, comes from the fashion style that is based on dressing in a casual, uninterested way. This form of decorating is characterized by providing spaces with a sense of casualness, so that it gives the feeling that it has been decorated effortlessly, naturally.
The key is to convey the appearance that the main elements have been selected and combined with each other at random, without any prior intention. To achieve this effect it is necessary to choose a canvas on which to start working that is composed of neutral tones, i.e. colors such as white, beige and gray.
On the other hand, the display of accessories is crucial. They should be placed in a casual way, such as an unfolded or even crumpled blanket on the bed.
In the bedrooms, the ambience should be as relaxed as possible. To achieve this, it is essential to avoid the superfluous to set up a simple environment where you can only find what is really necessary.
The marriage of modern and vintage is also another key point, for which you could incorporate craft objects, old crockery, books or wicker baskets.
Finally, the layout of elements such as pictures and mirrors should be leaned against the wall to contribute to this improvised and not rigid appearance.
Despite its name, this trend requires a certain planning behind each distribution of objects.
The key is to find order among the disorder.
El sector de la moda y la decoración siempre han estado ligados. Cada innovación que ha surgido en el mundo del estilismo ha sido trasladado al adorno de espacios.
Es por ello que esta nueva tendencia conocida como el Effortless chic, proviene del estilo de moda que se basa en vestir de manera casual, desinteresada. Esta forma de decorar se caracteriza por proporcionar a los espacios un aire casual, de manera que de la sensación de que ha sido decorado sin esfuerzo, con naturalidad.
La clave está en transmitir la apariencia de que los elementos protagonistas han sido seleccionados y combinados entre sí al azar, sin una intención previa. Para conseguir este efecto es necesario escoger un lienzo sobre el que empezar a trabajar que se componga de tonalidades neutras, es decir, colores como el blanco, beige y gris.
Por otro lado, la presentación de los complementos es crucial. Deben posicionarse de forma casual, como una manta desdoblada e incluso arrugada encima de la cama.
En las habitaciones el ambiente debe de ser lo más relajado posible. Para conseguirlo, es imprescindible evitar lo superfluo para configurar un entorno sencillo donde sólo se pueda encontrar lo realmente necesario.
La unión de lo moderno con lo vintage también es otro punto clave, para lo cual se podrían incorporar objetos de artesanía, vajillas antiguas, libros o cestas de mimbre.
Finalmente, la disposición de los elementos como cuadros y espejos debe ser apoyada sobre la pared para contribuir a este aspecto improvisado y nada rígido.
A pesar de su nombre, esta tendencia sí que requiere un planteamiento detrás de cada distribución de los objetos.
La clave está en encontrar el orden entre el desorden.
